SAN BENEDICTO PATRÓN DE TARATA
El primer domingo después de Corpus Christi, Tarata celebra la clásica fiesta de San Benedicto, su dilecto Patrón.
Esta fiesta típica de carácter religioso tiene también alcances de ritos paganos de costumbre. Desde antaño en que se funda el pueblo de Tarata, se viene celebrando esta fiesta con la participaciónde la feligresía de toda la religión, incluso a la feligresía de la antigua hermana provincia de Arica (Chile), concurrían en peregrinaje llenos de fe y devoción al rendir su divino culto al milagroso Santo Patrón de Tarata.
El desarrollo de esta magnifica fiesta corre también a cargo de los Alferados que por devoción al Santo se comprometen a celebrarlo. Durante los cuatro días de festejos se vive en Tarata un ambiente pleno de colorido y gran animación popular. Se caracteriza por la gran “Entrada” de cabalgatas en la víspera de la fiesta con cargamentos de leña, licores y víveres en mula y caballos bien enjaezados; al llegar a la plaza frente a la Iglesia comienza la fiesta con quema de cuetillos, cohetes y castillos de fuegos artificiales; en la noche para combatir el frío serrano hacen fogatas de leñas a cuyo alrededor cantan y bailan al compás de la música de zampoñas tomando licores y chica caliente que invitan los Alferados; mientras tanto los conjuntos musicales y bailarines visitantes entran a la Iglesia a saludar al señor y orar devotamente por la bienaventuranza de los fieles.
Muy a la madrugada del día de la fiesta, los conjuntos de músicos y bailarines vuelven a saludar al señor de la Iglesia entonando cantos de adoración y pleitesía haciendo estricto turno de llegada al templo a la nueve o diez de la mañana según al hora señalada, los Alferados con gran acompañamiento de feligreses asistan al misa de fiesta; a continuación se realizan la importante procesión alrededor de la plaza principal entre canticos y reverencias de adoración; los músicos y bailarines se turnan de altar en altar que se levantan a menudo con una devoción admirable; al termino de la procesión todos reciben en la Iglesia la “Bendición” que el sacerdote imparte en nombre del Señor San Benedicto. Luego los Alferados con todo el acompañamiento retornan a su domicilio para instalarse en la ramada preparada con anticipación y recibir los saludos y felicitaciones de costumbre , al mismo tiempo que reciben las”cohuas” consistentes en billetes que les prenden en el pecho como ayuda económica; igualmente reciben los arcos de plata y los arcos grandes de víveres llamados de pan. Los familiares hacen entrega de animales vivos como toretes, corderos y lechones adornados pintorescamente. Los Alferados en cambio los atienden repartiéndoles jarras de chicha y vino, así como también botellas de aguardientes que se invitan mutuamente entre el bullicio de los cicuris, los harneros y los cusillos que alegran los festejos como sus danzas y peculiaridades.
En los días que dura la fiesta, los Alferados tienen que atender a los concurrentes con comilonas de picante, arroz amarillo, asado y bebidas de todo orden, principalmente a las autoridades y personas notables, sin descuidar al público en general que en su mayoría. Despiden la fiesta con baile general de la "cacharpaya" al son de las bandas de música en rueda general de autoridades, familiares, trabajadores de atención y demás concurrencia que rodean alegremente a los alferados sin destino alguno.